La etapa escolar es cuando se asientan muchos valores

La diversidad cultural se ha convertido en los últimos años en uno de los fenómenos sociales de mayor relevancia en nuestro país. Esta situación trae consigo la coexistencia de distintas culturas, dando lugar a diferentes situaciones que vendrán determinadas por la forma en que se relacionen las mismas.

Ante este hecho, apostamos por la educación intercultural para favorecer una convivencia pacífica centrada en el respecto, la tolerancia y el enriquecimiento mutuo.

Multiculturalidad e interculturalidad

La inmigración trae consigo la convivencia de diferentes culturas en los distintos niveles y etapas de la vida dando lugar a diferentes situaciones.

La importancia del respeto, comprensión y convivencia entre culturas no solo debemos observarla desde la perspectiva de la coexistecia en nuestra sociedad, sino también considerando la posibilidad real de convertirnos nosotros en emigrantes ante la situación actual de falta de oportunidades y paro juvenil. Entre nuestros deseos, en caso de emigración, estarán una convivencia pacífica, tolerante y respetuosa entre su cultura de origen y la de acogida. Un sueño semejante al que tienen los millones de personas de otras culturas distintas que conviven aquí con nosotros. Por ello no se trata de lograr una convivencia multicultural, sino intercultural.

Al hablar de cultura nos referimos al conjunto de conocimientos, creencias, normas, moral, leyes y cualquier otro aspecto adquirido por el hombre como integrante de un grupo social.

La cultura no viene transmitida genéticamente, sino que su asimilación es fruto de un proceso de aprendizaje. Se trata de una realidad plural en la que no hay una superior al resto, sino que existen tantas culturas como grupos humanos en diferentes contextos pueda haber. Esta variedad ha dado lugar a la convivencia cada vez mayor de diferentes culturas, facilitando así la aparición de los fenómenos de multiculturalismo e interculturalismo.

Una primera distinción radica en la etimología de ambos términos. El prefijo «multi» manifiesta la presencia de varias culturas distintas. El prefijo «inter» conlleva el factor de relación entre ellas. Cuando se alude al término multiculturalidad, nos estamos refiriendo a la coexistencia de diferentes culturas en un mismo espacio.

La multiculturalidad está ya presente en nuestra sociedad, pero ello no implica que haya un intercambio entre las diferentes culturas. Al hablar de interculturalidad hacemos referencia a la convivencia basada en el respeto y de igualdad de distintas culturas. Las mismas se reconocen entre ellas como igualmente dignas y valiosas.

Educación y diversidad cultural

La educación es el primer vehículo de transmisión cultural. El modo de organizar la convivencia y de resolver los inevitables conflictos que surgen de la interacción entre los seres humanos vendrá determinado por el proceso educativo. Existen tres procesos básicos para la transmisión y adquisición de la cultura:

  1. Enculturación. Se trata del proceso por el cual las personas adquieren los usos, creencias, tradiciones, etc., de la sociedad en la que viven. La enculturación comienza con el primero agente socializador y debe continuar en la escuela.
  2. Aculturación. Paso siguiente a la enculturación. El ser humano se enfrenta a la realidad con respecto a los patrones asimilados por parte de la familia y la escuela. Luego la sociedad y el contexto le proporcionarán otros diferentes, provocándose un desequilibrio entre lo conocido y lo nuevo. Cada persona reconstruirá su identidad a partir de los distintos aprendizaje, destacando aquí el componente dinámico de la cultura.
  3. Transculturación. Es el proceso trasvase de cultura que sucede al encontrarse dos culturas diferentes. Cuando las mismas son de distinto nivel, la superior suele ejercer su influencia, y se acabará imponiendo a la inferior.

Educación intercultural

Hablar de educación intercultural conlleva pensar en educación, cultura, diversidad e inclusión. El aula es el lugar idea de ensayo para la vida. El deseo es que las diferencias no generen conflictos entre nosotros, sino que haya comprensión, cooperación y enriquecimiento mutuo. Se trata de una obligación de todos los humanos el respeto a las minorías, el derecho a ser diferentes y la comunicación positiva entre culturas, todos ellos pilares de la educación intercultural. Esta conlleva asumir la diversidad cultural como un hecho, garantizando el derecho a ser diferentes, el respeto a las minorías y la comunicación e interrelación entre las culturas.

El fenómenos educativo de la interculturalidad, está centrado en conseguir que todos los alumnos adquieran una serie de aptitudes y actitudes que les permitan funcionar adecuadamente a nivel social. Es un proceso formativo dirigido a la diferencia y la diversidad como factor enriquecedor y necesario para una convivencia respetuosa y tolerante.

Por lo tanto, las metas de la educación intercultural son:

  • Promover la idea de que la diversidad cultural es un elemento positivo para todos los ciudadanos.
  • Favorecer a cada grupo cultural con las características culturales de los otros grupos.
  • Ayudar a  los alumnos a interesarse por los estudio de vida de otros pueblos.
  • Iniciar al estudiante en actitudes y destrezas intelectuales, sociales y emocionales que le permitan situarse adecuadamente en una sociedad multicultural.

La figura del profesor en la educación intercultural se convierte en una pieza clave. Su rol debe sufrir una modificación para ser capaz de abordar con la máxima capacidad posible la diversidad cultural. El mayor problema ala que se va a enfrentar el docente pertenece al ámbito de las actitudes y los valores. Dicha situación es debida a las diferencias en la concepción del mundo por parte de una cultura diferente a la que se reproduce en nuestros sistema educativo. Uno de los principales problemas a solucionar para favorecer la interculturalidad es lograr reducir o terminar con el etnocentrismo y el relativismo cultural.

Las principales actitudes que debe tener un profesor en la educación intercultural son:

  • Sentimiento de eficacia hacia su valor.
  • Respeto e interés por cada alumno.
  • Adaptación de sus actitudes hacia la libertad.
  • Reflexión ante la labor realizada y la realidad que impregna las aulas.
  • Mantener expectativas positivas en el alumno minoritario en cuanto a su aprendizaje.
  • Favorecer las relaciones afectivas con los alumnos devaluados.
  • Conocer y aceptar las diferencias tanto en el aula como en la sociedad.

En cuanto al etnocentrismo, debemos evitar que el individuo asuma o crea que está en posesión de la mejor cultura entre las existencias en el mundo. Hay que evita su consideración cómo la única verdadera.

Algunos de los casos relacionados con este problema que ha ocurrido en las aulas están relacionados, principalmente, con temas de libertad religiosa. Por ello, lo que realmente debemos promover desde la educación es la interculturalidad, haciendo ver que las diferentes culturas no son menores ni peores, simplemente son diferentes, fomentando el respeto y la tolerancia hacia las distintas manifestaciones de las mismas y haciendo prevalecer los derechos universales fundamentales de todas las personas.

En lo que respecta al relativismo cultural, se trata del extremo opuesto al etnocentrismo. Todos los aspectos que caracterizan a las otras culturas, aunque los mismos conlleven actos de racismo, discriminación o rechazo. Los individuos sienten atracción por la novedad descubierta, lo que les lleva a dar por válidas todas sus estructuras y consignas, aunque existan aspectos desigualitarios o que atenten contra los derechos humanos. Desde la educación debemos potenciar el juicio crítico ante la realidad de cualquier cultura.

Temas como la sumisión, el maltrato de género o no permitir la libertad  de expresión tienen que abordarse desde el aula como una actitud crítica y reflexiva para su erradicación.

Si no trabajamos para superar el etnocentrismo y el relativismo cultural, estaremos conviviendo en un ambiente multicultural y no intercultural.

En conclusión, la cultura es el instrumento creado por el ser humano para interpretar la realidad y avanzar en su desarrollo a nivel individual y social. La diversidad no debe suponer un riesgo ni un problema, sino la posibilidad de una evolución y una progreso enriquecedor. La educación intercultural fija su deseo en esa convivencia pacífica y positiva, centrando sus esfuerzos en la inclusión de todos los alumnos y sus identidades. La clave está en favorecer la igualdad de oportunidades y la participación de todos.

 

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