¿Qué es el automonitoreo en modificación de conductas?

El automonitoreo consiste en darse cuenta del propio comportamiento y evaluar su significado y sus consecuencias de acuerdo con la situación, a fin de lograr un mejor control sobre sí mismo y sobre la relación con el medio. Existen estrategias de automonitoreo y autocontrol para que un alumno aprenda a observar su propia conducta, reduzca sus problemas de comportamiento y así aumente su éxito académico. Con tales estrategias, además se aumenta la responsabilidad del niño en su propio aprendizaje y conducta.

Se puede trabajar el automonitoreo y autocontrol aplicando el siguiente procedimiento:

  • Establecer un sistema de señales o claves, entre los dos, que haga saber al estudiante cuándo es necesario el automonitoreo.
  • Identificar las conductas que van a ser monitoreadas.
  • Diseñar una hoja de registro o tabla que incluya las conductas problema. Es importante proporcionar copias al niño para que las lleven en situaciones acordadas. Rellenar la tabla facilita al estudiante darse cuenta de su conducta y el efecto de ésta, lo cual le da lineamientos para poder modificar su comportamiento y autocontrolarse. En el caso de niños pequeños deben utilizarse imágenes, fotografías o dibujos en lugar de oraciones.
  • Al dar las hojas de registro, explicar al niño, poniéndote en su lugar y representando roles y situaciones, para ejemplificar cómo rellenar la tabla y en qué momento.
  • Ponerse de acuerdo con el alumno para elegir una señal que signifique que debe sacar su hoja de registro y rellenarla, dos golpecitos en su hombro o decirle su nombre mientras se toca la barbilla puede funcionar; el propósito de las señales ocultas es que los demás no estén pendiente de los comportamientos inadecuados del alumno con problemas de conducta.

 

BIBLIOGRAFÍA

Instituto de Educación de Aguascalientes. «Programas de desarrollo social/afectivo para Alumnos con Problemas de Conducta»

Conductas disruptivas en casa

Cómo mejorar la conducta en casa

  • Pide las cosas de malos modos o lloriqueando. El niño debe saber que no se hablará con él o se cederá si pide las cosas así. Le ignoramos hasta que cambie de actitud. Cuando cambie se toma en consideración su petición y si es posible se acepta. Si aguantar el llanto por ignorarle se hace insoportable podemos, o bien, llevarle a su cuarto, o bien, ausentarnos nosotros.
  • Cuando le inviten a un cumpleaños, suele portarse mal y por ese motivo no suele ser muy popular entre sus amigos.
    • Facilitar todo lo posible para que todos deseen repetir la experiencia. También podemos comprar un buen regalo para el niño del cumpleaños porque realmente funciona pero nunca hacer ver esta estrategia a su hijo de forma abierta.
    • Avisar al niño de que va a ir a una fuesta en el último momento porque sino está toda la semana nervioso.
    • Llevarle una hora después que los demás (justo a la hora de la tarta) para adaptar su capacidad de control al tiempo que puede aguantar el nerviosismo y la emoción sin estropearlo todo. Nos vamos pronto de la fiesta pero no el primero.
    • Explicarle a la madre que si se porta mal puede retirarle la atención y que pocos minutos después le devuelva a a fiesta. Si es necesario nos quedaremos.
    • Si nos quedamos podemos observar estrategias de relación con los demás para después comentar con él las actitudes adecuadas  hacer un role-playing para ver cómo solucionar los problemas que hubo.
  • Olvida los libros que tiene que traer para hacer los deberes
    • El profesor puede supervisar si ha cogido los libros adecuados y si es así anotar un punto. Cada ciertos puntos se le enviará a casa una nota de felicitación.
    • Obligar a traer TODOS los libros TODOS los días y darle un punto. Después se le permitirá que deje uno que no utilice frecuentemente con la condición de que se acuerde de traerlo justo el día de antes de la clase. Si no falla se le dará un punto, si falla volverá a traer todos durante tres días. Seguirá así hasta que sea capaz de mirar el horario y decidir qué libros puede dejar y cuáles no. Si e le olvida un libro le pondremos trabajo y así no se los dejará a propósito, no como castigo sino como de pretexto de repasar.
  • Se «pasea» por el límite como si fuera a quebrantar la norma pero no lo hace.
    • Cuando hace que le importa: para que se le cambie el castigo y defender su orgullo herido ante la autoridad paterna.
    • Cuando reaccionan «paseándose» por el límite de la conducta: cumplen lo mandado pero insinuando que van a transgredir la norma para llamar la atención.
  • Siempre tiene el cuarto revuelto
    • Define las normas, criterios por el que nos regiremos, proponer un punto de referencia (revisar antes de cenar). Si se ha seguido las normas le daremos un punto, si no se ha cumplido no tendrá puntos. Cuando consiga X puntos obtendrá un adorno para su cuarto (o algo que le guste). Pasada la semana podrán:
      • Mantener la misma exigencia si le ha costado mucho.
      • Aumentar la exigencia.
      • Mantener la exigencia pero aumentando el número de puntos para conseguir el siguiente premio que será igual que el anterior (extinguir los refuerzos).
    • Cuando tenga el hábito adquirido se retirarán los puntos y se entregarán en otra conducta a establecer. La buena conducta no se perderá porque se mantendrá con castigos y con la retirada del premio si se relaja sin motivo.
  • En un restaurante no para quieto y siempre acaba tirando algo
    • No emocionar al niño en exceso. Colocarle en algún sitio donde puede ver entrar y salir a la gente. se le debe entrenar llevándole a comer a sitios más informales.
    • Por otro lado, podemos llevarle cosas para puntuar cuando se produzcan tiempos muertos. Intentar que se siente en la mesa lo más tarde posible y permitirle que vaya al baño y se dé una vuelta antes de que llegue el primer plato. Recordarle, sin amenazar, cuál debe ser su comportamiento si quiere conseguir un postre de su elección.
  • No deja hablar a los mayores por teléfono, interrumple siempre. Entrénale para que se acostumbre a interrumpir sólo un momento para decir «mamá cuando puedas».
  • Nunca está sólo en su cuarto. Para conseguir que el niño juego sólo en su cuarto:
    • Interesarse siempre por su juego tranquilo.
    • Adelántate a su travesuras. Hacer una lista de cosas que puede hacer cuando esté aburrido. Mantenlo ocupado y no se meterá en líos. Ve a visitarle de vez en cuando (con un minuto basta).
  • Falta de respeto cuando se siente frustrado. Pon límites claros e inamovibles a las expresiones de ira. Si expone sus quejas de forma convenida recibirá atención y se discute el asunto. También hay que informar al niño de que le va a costar adaptar la nueva exigencia pero hay que animales a conseguirlo.
  • Se le llama diez veces a cenar y no acude hasta que se le grita. Ir a buscarle y le traemos a la cocida de forma inmediata. Le llamamos dos veces y nos ponemos a cenar. Cuando llegue se le envía a comer el primer plato (retirarle la atención) dicieéndole que los que no tienen ganas de venir debe ser porque no les apetece cenar con todos. Se comienza a cenar y se le deja sin postre diciéndole que como nosotros ya hemos acabado y él debe terminar con todos otro día tendrá el postre pero hoy no hay tiempo.
  • No deja recogido el baño.
    • hay que definir qué es dejar el baño bien recogido. Retirar la atención si deja el baño desordenado y dársela si lo deja bien.
    • Hay que pensar el premio que sustituye la falta de atención. Colocar un punto cada día que lo cumpliera. Si un día no lo cumple no le regaña pero no se le pune un punto. Cuando consigue todos los puntos obtendrá el premio. El próximo costará más puntos.
    • Hay que dejar los castigos y las charlas educativas para ocasiones más severas.
  • No sabe qué deberes hacer:
    • Medidas del profesor:
      • Colocar un cartel grande con los días de la semana y nombrar a un alumno cada dos semanas como encargado de anotar los deberes (los demás niños pueden comprobar si están bien anotados).
      • Dar puntos por cada comprobación sin error.
      • supervisar el profesor la agenda antes de irse y otorgar un punto si lo ha anotado correctamente.
    • Medidas de los padres:
      • Supervisar la agenda y poner deberes extra si se ha olvidado anotar los deberes para evitar que diga que no tiene para no hacer nada.
  • No prepara las cosas para el colegio. Crear una rutina para hacérselo más fácil. Premiar por cumplir con el acuerdo. La exigencia para ponerse un punto aumenta progresivamente. Cuando tenga afianzada la conducta los puntos se destinarán a otra que requiera más esfuerzo. Si sigue haciendo correctamente se elogiará pero si vuelve a repetir los olvidos se le penalizará.
  • Sólo estudia si mamá estudia con él.
    • Hay que acondicionar su cuarto para que no se sienta sólo (luz, mesa despejada, horario en la pared, etc), acostumbrarle a sacar las cosas y preparar la materia y se le asigna un punto.
    • Mamá fragmentará la tarea en partes muy pequeñas. Le pone una tarea, al principio, mínima  se le avisa a mamá. Se le felicitará y se la facilitará y se le dirá que vaya a hacer la otra y así sucesivamente.
    • La tarea aumentará poco a poco para acostumbrarle a trabajar un tiempo más prolongado.
    • Cuando acabe los deberes se punto un punto. Si lo ha hecho en un tiempo adecuado podrá ver la televisión, si se ha demorado pero los ha terminado, tendrá un punto.
    • Si durante los deberes tiene dudas hay que ir a la habitación para que se dé cuenta de que ahí es el lugar de estudio.
  • Sólo estudia el día de antes del examen. Hay que reforzar cualquier intento de adelantar el trabajo. Cada día leer la página que se haya dado en clase y se le da un punto con acompalamiento de la madre durante una semana. La segunda semana el niño deberá leer la página sin la madre delante. La tercera semana, un punto por adelantar cualquier tipo de tarea pero con mayor exigencia.
  • Se pelea frecuentemente con su hermano/a
    • Procurar que pasen menos tiempo juntos. Poco tiempo pero positivo.
    • Cuando estén juntos procurar que se lo pasen bien proporcionando alguna idea para jugar juntos. Premiar la cooperación con tu atención. Antes de que  «estalle la tormenta» sepáralos con alguna excusa, cuando se peleen poner a cada uno por separado para evitar los celos.
    • Acuerda una serie de normas básicas. Si se pelean por un juguete y no se sabe quién tiene derecho, guarda el juguete hasta que se pongan de acuerdo.
    • Si la situación de celos por parte de los dos hermanos es clara, no les obligues a pasar mucho tiempo juntos. Les educamos en la cooperación no en la competencia.
    • Si hay celos de uno a otro y hay agresión, ignoramos al agresor (no le reñimos) y nos centramos en el agredido (para evitar reforzar la atención al niño celos)

Conductas positivas y negativas

Cómo aumentar las conductas positivas y eliminar las negativas

  • Las normas deben ser claras, definidas y adecuadas a cada niño. Haz una revisión de normas de la casa. Defínelas funcionalmente.
  • Hay que establecer diferencias entre los hermanos. De esta manera el pequeño deseará crecer y hacerse mayor como su hermano porque ser pequeño no trae consigo todos los privilegios.
  • Hay que ser coherentes en la aplicación de las normas: si prohíbe algo sé coherente y hazlo siempre, si crees que una situación merece una excepción explícaselo y no cedas después de muchas súplicas porque pensará que se ha salido con la suya.
  • Si hay desacuerdos entre los padres en la forma de educar de sus hijos, no discutir nunca delante de ellos. De esta manera el niño verá en sus padres un frente común y coherente y no se aprovechará de las rendijas para salirse con la suya.
  • Evitar centrar la autoridad en uno sólo de los padres. Evitar la frase «Ya verás cuando venga tu padre». Es importante que cada uno de los padres resuelva con sus hijos sus problemas y que después se mantengan informados sobre cómo han ido las cosas. No delegar la autoridad en otro. No desautorizar nunca. No reconocer que ha perdido la autoridad ante sus hijos.
  • No modificar los castigos una vez anunciados y evitar las situaciones peligrosas.
  • Hacer vista gorda cuando no se sienta con fuerzas para mantener un límite que ya ha puesto en otras ocasiones o dejándole hacer y poniendo castigo para que se cumpla mañana.
  • No castigar con algo que no se pueda cumplir. El castigo breve e inmediato nos permite que el niño comprueba antes que el castigo se cumple y nos da la oportunidad de «hacer borrón y cuenta nueva».
  • Los castigos deben ser proporcionados a la falta no a la persona: castigos leves, inmediatos y relacionados con la conducta, los castigos no implican desventajas para toda la familia y hay que tener cuidado con los momentos de tensión y con los castigos prolongados porque no sirven.
  • Hay que acostumbrar al niño a que tienen que pedir permiso. Si siempre se lo negamos dejarán de pedirlo y lo harán a escondidas.

Por dónde empezar:

  • Hay que tener claro qué es exactamente lo que se quiere modificar del comportamiento del niño. Si no sabemos si una conducta negativa está desapareciendo, regístrala y compruébala.
  • Cuando haya que poner un castigo no te alteres porque sino no será adecuado, pero sí duros. tu hijo puede sentir miedo o sentirse desvalorizado, o por el contrario, que tiene el control de la situación.
  • Refuerza y castiga el qué y el cómo. Cuando el niño se frustra tiende a descontrolarse. Si no ponemos límites a ese descontrol, el llanto se convierte en histeria y el enfado en pataleta. Hay que ofrecer alternativas de respuesta para evitar el castigo y reforzar las conductas alternativas.
  • Cuando queremos conseguir que tu hijo realice una conducta compleja hay que exigirles la realización de una conducta más simple que forme parte del objetivo final.
  • Adelántate al cambio del niño. Muestra expectativas positivas del éxito. Creer y hacer comentarios sobre el cambio personal que ha experimentado el niño.
  • Utiliza símbolos claros para que el niño pueda objetivar su propia transformación.