Conductas positivas y negativas

Cómo aumentar las conductas positivas y eliminar las negativas

  • Las normas deben ser claras, definidas y adecuadas a cada niño. Haz una revisión de normas de la casa. Defínelas funcionalmente.
  • Hay que establecer diferencias entre los hermanos. De esta manera el pequeño deseará crecer y hacerse mayor como su hermano porque ser pequeño no trae consigo todos los privilegios.
  • Hay que ser coherentes en la aplicación de las normas: si prohíbe algo sé coherente y hazlo siempre, si crees que una situación merece una excepción explícaselo y no cedas después de muchas súplicas porque pensará que se ha salido con la suya.
  • Si hay desacuerdos entre los padres en la forma de educar de sus hijos, no discutir nunca delante de ellos. De esta manera el niño verá en sus padres un frente común y coherente y no se aprovechará de las rendijas para salirse con la suya.
  • Evitar centrar la autoridad en uno sólo de los padres. Evitar la frase «Ya verás cuando venga tu padre». Es importante que cada uno de los padres resuelva con sus hijos sus problemas y que después se mantengan informados sobre cómo han ido las cosas. No delegar la autoridad en otro. No desautorizar nunca. No reconocer que ha perdido la autoridad ante sus hijos.
  • No modificar los castigos una vez anunciados y evitar las situaciones peligrosas.
  • Hacer vista gorda cuando no se sienta con fuerzas para mantener un límite que ya ha puesto en otras ocasiones o dejándole hacer y poniendo castigo para que se cumpla mañana.
  • No castigar con algo que no se pueda cumplir. El castigo breve e inmediato nos permite que el niño comprueba antes que el castigo se cumple y nos da la oportunidad de «hacer borrón y cuenta nueva».
  • Los castigos deben ser proporcionados a la falta no a la persona: castigos leves, inmediatos y relacionados con la conducta, los castigos no implican desventajas para toda la familia y hay que tener cuidado con los momentos de tensión y con los castigos prolongados porque no sirven.
  • Hay que acostumbrar al niño a que tienen que pedir permiso. Si siempre se lo negamos dejarán de pedirlo y lo harán a escondidas.

Por dónde empezar:

  • Hay que tener claro qué es exactamente lo que se quiere modificar del comportamiento del niño. Si no sabemos si una conducta negativa está desapareciendo, regístrala y compruébala.
  • Cuando haya que poner un castigo no te alteres porque sino no será adecuado, pero sí duros. tu hijo puede sentir miedo o sentirse desvalorizado, o por el contrario, que tiene el control de la situación.
  • Refuerza y castiga el qué y el cómo. Cuando el niño se frustra tiende a descontrolarse. Si no ponemos límites a ese descontrol, el llanto se convierte en histeria y el enfado en pataleta. Hay que ofrecer alternativas de respuesta para evitar el castigo y reforzar las conductas alternativas.
  • Cuando queremos conseguir que tu hijo realice una conducta compleja hay que exigirles la realización de una conducta más simple que forme parte del objetivo final.
  • Adelántate al cambio del niño. Muestra expectativas positivas del éxito. Creer y hacer comentarios sobre el cambio personal que ha experimentado el niño.
  • Utiliza símbolos claros para que el niño pueda objetivar su propia transformación.

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